¿Qué es la energía reactiva y cómo puede afectar a mi factura de luz?
La energía reactiva es un tipo de energía eléctrica que no se convierte en energía útil (como luz, calor o movimiento), pero que es necesaria para el funcionamiento de ciertos equipos eléctricos. Se genera principalmente en instalaciones que utilizan motores, transformadores, fluorescentes o maquinaria industrial, puesto que estos dispositivos necesitan crear campos magnéticos para funcionar correctamente.
A diferencia de la energía activa, que es la que realmente consumimos y pagamos para hacer funcionar nuestros electrodomésticos o iluminar nuestro hogar, la energía reactiva circula entre el equipo y la red eléctrica sin ser aprovechada directamente, pero ocupando espacio en las líneas de distribución y generando pérdidas.
¿Cómo puede afectar a mi factura de luz?
En entornos domésticos, la energía reactiva suele ser prácticamente inexistente o muy baja, por lo que no se aplica ningún cargo adicional. Sin embargo, en suministros con mayores demandas técnicas -como naves industriales, oficinas o instalaciones con muchos equipos eléctricos- puede generarse una cantidad considerable de energía reactiva.
Cuando este tipo de energía supera ciertos límites establecidos por normativa, se incluye un coste adicional en la factura eléctrica como penalización, ya que supone una sobrecarga para el sistema eléctrico.
¿Cómo puedo evitar generar energía reactiva?
Una forma habitual de reducir la energía reactiva es instalando baterías de condensadores, que compensan este tipo de energía y evitan las penalizaciones. Si tienes un negocio o instalación donde se detecte un consumo elevado de energía reactiva, es recomendable realizar un estudio técnico para valorar soluciones de compensación.
En Energía Nufri, estamos a tu disposición para orientarte en cómo gestionar y reducir la energía reactiva en tu factura. Si necesitas más información sobre cómo este tipo de energía puede influir en tus costes, no dudes en contactarnos.